Quizá escribir un post sobre el alemán de Camelle parezca off-topic o como poco peregrino. Quizá, pero como los límites entre “arte”, “basura”, “calle”, “museo”, “oficial”, “no oficial” son, por decir algo, flexibles y subjetivos, pues tampoco le voy a dar más vueltas.
Lo que si tiene delito es no haber ido nunca a ver la obra de Manfred Gnadinger en vida, antes de que muriera en Diciembre del 2002, deprimido por la destrucción causada por los “hilillos de plastilina” del Prestige que arrasaron la costa Gallega en Noviembre de ese año.
La obra de Man, construida durante una vida de 30 años de anacoreta en el puerto de Camelle, en plena Costa da Morte, diezmada por el chapapote y los temporales, aún resiste, pero está languideciendo poco a poco mientras las ayudas oficiales no llegan y los pocos habitantes del lugar tienen seguramente otras preocupaciones que las piedras del alemán ahora que el dinero utilizado para silenciarlos hace años que se acabó.
Así que aproveché un día de niebla este verano para sacar unas imágenes que muestran una pequeña parte de lo que construyo Man en el puerto de Camelle, con un tono melancólico acorde con lo que se siente cuando se pasea dentro de esta obra condenada a desaparecer, sea por inacción humana o por la acción del mar.
Pero al fin y al cabo, lo común a todo, arte o no, es que es efímero.
Mas fotos en:
El alemán de Camelle
Más info en: http://www.mandecamelle.net/MAN.htm
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