Para fotografiar el arte urbano y el graffiti generalmente se realizan desplazamientos horizontales con uso intensivo de zapatilla o bota. Quiero decir, que se recorre uno media ciudad y la otra media, barrios enteros, cuesta arriba y abajo, callejuelas, polígonos, despoblados, vías, obras, PAUS. Hace uno de explorador urbano metiéndose en sitios que con dos dedos de frente ni te asomabas, vas con la cámara para un lado, para otro, en círculos seguidos de movimientos en zig zag, con un ojo en la calle y otro en el mapa del móvil como si fuesen las miguitas del camino. Te pierdes, te vuelves a encontrar y te vuelves a perder, pendiente de la hora en que se pone el sol. Sigues la intuición, esa que te lleva siempre a los barrios más salados de la ciudad no sabes cómo. De alguna forma desarrollas un instinto de donde puede haber foto a la vez que improvisas una cierta coreografía en el andar.
Deambular por la ciudad, hacer horas de caminar, es la única forma de cogerle el pulso a la calle. Deambular o llámenle derivar si prefieren. Si ya a los recorridos fotográficos los consideran derivas por la periferia espacial o cultural, entonces ya conceptualmente es otro nivel y lo mismo estamos dentro de las últimas vanguardias sin saberlo, tarde como siempre. Derivas fotográficas por las periferias urbanas, documentando el arte crítico y al margen del sistema (las más de la veces), actividad solitaria y a la vez colaborativa, arte pop fuera de las masas, interdisciplinar, conceptual, bla, bla, bla. Si hasta va a resultar que vamos haciendo arte performativo mientras le damos al click, Fluxus to the city.
Lo normal en las búsquedas fotográficas es desplazarse en sentido horizontal, norte, sur, este u oeste, con cuestas más o menos empinadas, pero siempre en horizontal. Eso hasta que vas a Lisboa y te encuentras con Chão de Loureiro, en la Alfama, justo entre la Baixa y o Castelo, un aparcamiento vertical donde 6 de sus 7 plantas están decoradas con obras de artistas urbanos. Entonces te toca coger el ascensor arriba y abajo para ver las obras, toca desplazarse verticalmente. Lo de hacer fotos a obras de artistas urbanos dándole a los botones de un ascensor, nunca me había pasado, nunca. Y ya comentarlo con los ocupantes del ascensor, como hablar del tiempo: Bom dia!, hola!, fotos muito boas no 3 º andar, apuntado, adeus!, obrigado!, eso ya es un puntazo.
Y sí, sí les estoy recomendando visitar un aparcamiento, si van a Lisboa no dejen de ir, merece la pena darse un garbeo entre tanto coche, por una vez y con permiso de Mutants.
Estas son algunas de las fotos de Chão de Loureiro, Lisboa:
PLANTA 2 – NOMEN
PLANTA 3 – PAULO ARRAIANO
PLANTA 4 – MIGUEL JANUÁRIO
PLANTA 5 – MAR
PLANTA 6 – RAM
Más fotos en mi flickr:
El making of:
Nos vemos en los parkings también!
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