Olor de agosto

Es oler a agosto y recordar la infancia en un pueblecito de Castilla, con las tardes de verano eternas, el sol implacable, las eras como escenario de juegos, mirar el cielo azul tumbado en medio del mar de espigas, explorar en las ruinas de la torre, perseguir cuanta lagartija, saltamontes o grillo osaba aparecer, ¿sabían que la cola de lagartija se sigue moviendo después de arrancada?¿Y que los grillos sin cabeza…?, huir raudo ante la visión de seres con pinzas o escamas, saltar como un loco intentando capturar una mariposa azul del tamaño de un puño (de niño), ponerse hasta arriba de moras, coleccionar cicatrices como heridas de guerra con mercromina. Idas y vueltas por el secarral inmenso, sin reloj ni tiempo, con volver a la caída del sol o cuando la tormenta amenazara con descargar llegaba. Olor a agosto mezclado con el olor de la casa de los abuelos, aunque ese es más de lumbre de diciembre, castañas y pan tostado.

Es oler a agosto y activar los recuerdos, el sol, la tierra seca, las espigas, el pueblo, la tormenta. Estratos que se van llenando con cada vuelta al sol, en una especie de archivo helicoidal, cada vez más lleno. Al final todo se reduce a eso, a dar vueltas y vueltas al Sol mientras van pasando los agostos y los diciembres. Y de vez en cuando, aunque hayan pasado muchas vueltas desde los tiempos de los agostos eternos, conseguir disfrutar como niños, atravesar a todo correr los mares de espigas, levantando polvo y calor, agitados por la excitación, en pos de las piezas que se esconden entre los campos, bajo el sol abrasador. Risas, carreras, conversaciones, exploración, otra vez las horas sin fin del verano, con la sola preocupación de disfrutar cada segundo, cada segundo del agosto hasta la caida del atardecer malva y rojo.

Nada está perdido mientras seamos capaces de volver a los recuerdos de niñez. Aunque cada vuelta al Sol sea más complicada, a pesar de que el futuro se diluya como un azucarillo delante nuestro, si somos capaces de recordar los olores y mantener el equilibrio mientras todo gira, entonces resistiremos, y el siguiente agosto nos esperará. Aunque la primera vuelta tras el hachazo sea complicada, cuando todo parece tan cerca y tan lejos, cuando nada se ha movido y todo ha cambiado para siempre, cuando se siente la soledad cortante pero al mismo tiempo una extraña y confortante presencia permanente junto a una dolorosa ausencia. Esto va por tí, Inma, basarkada aundi bat. No solo por tí, pero tú llevas solo una vuelta, no pares de girar.

Los culpables de despertar los recuerdos de la niñez castellana fueron MSAP y Antonio Parsec, genial el fin de semana de safarí rural en Castrogonzalo descubriendo las obras de Parsec, encantador Antonio y su gente, un pueblo hospitalario y acogedor que nos regaló momentos para marcar en la memoria por siempre, dentro de la cajita agosto en Castilla, vuelta 44.

Esta es una selección de las fotos de ese fin de semana de verano lleno a rebosar de recuerdos, con Vd PARSEC:

Y de Bonus Track: Porfavor, Totem, Lé y Alto:

Muchas más fotos en my flickr: http://www.flickr.com/photos/rh2ox/sets/72157635860157854/

Mas en:

Sed de más http://seddemas.blogspot.com.es/

Escrito en la Pared I http://www.escritoenlapared.com/2013/09/parsec-en-castrogonzalo-los-murales-del.html

Escrito en la Pared II http://www.escritoenlapared.com/2013/09/parsec-en-castrogonzalo-procesion-parsec.html

Escrito en la Pared III http://www.escritoenlapared.com/2013/10/parsec-mas-alla-de-castrogonzalo.html

Parsec http://grupoparsec.blogspot.com.es/2013/08/parseo-rural-castrogonzalo-zamora-240813.html

Nos vemos por los pueblos de Castilla!