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0 Posted by arteen - 29 November, 2013 - EN GALERIA

Instrucciones para sobrevivir a una feria de arte emergente en un hotel:

Llevar atuendo propio de safari invernal, pero ligero. Parka, hoodie, cargos, botas de montaña. Mapas en papel, no hay cobertura GPS. No vas de Armani, pero tampoco tienes que tuitear, tú a lo tuyo.
Llevar cámaras, cuadernos de notas y baterías suficientes para una estancia indefinida, se sabe cuando se entra pero no cuándo se sale. Vas para media hora y acabas pasando la tarde.
Prepararse mentalmente en modo antropólogo intelectual. Observar e imitar la mirada del que está de vuelta de todo. A la más mínima duda desenfundar la Reflex, da empaque.
Practicar el flow hasta conseguir moverse con mínima fricción por pasillos atestados de seres en postureo. Observar de forma no intrusiva, sin romper la intimidad. Procurar también no romper objetos, son cosas caras.
Beber Vodka. Con la entrada suelen incluir copazos del elixir ruso de la felicidad. Ayuda a empatizar con el alegre y aparentemente despreocupado ambiente. Seguir concentrándose en no romper nada.
Dejar las preguntas y los conflictos sobre lo que viene a ser arte y lo que no para después, limitarse a observar y registrar. Y socializar en lo posible, los artistas son gente normal, los fans de los artistas también, los galeristas depende. A eso beber vodka también ayuda.

Aunque también cabe la suerte de acudir a la feria de arte emergente en un hotel y encontrarse con la habitación 317, con Madrid Street Project comisariando una exposición de tres artistas urbanos, Ruina, 2J y Rosh333, uno cada día (allí que me planté los tres días de la feria). Una isla dentro de la feria, arte urbano, crítico y no comercial dentro de un contexto con bastante de lo contrario (no todo, hay que puntualizar) . Claro que también la gente tiene que pagar las facturas, pero habíamos dicho que dejábamos las confusiones, los conflictos y el capitalismo para después.

Estas son las fotos, espero que disfruten tanto como el que va con botas de montaña a ferias de arte emergente y se lo pasa pipa haciendo de flanêur Baudelairano por los pasillos del moderneo de la capital, para recalar en la 317 y disfrutar de las vistas:

Ruina – Crítica social