Mientras algunos preparaban en la plazuelas da Cidade Vella los pasos para las procesiones de la noche, otros dormían el calor de esa hora, en una Semana Santa inusualmente calurosa, antes de salir a la fresca y otros reposaban la comida en la sobremesa. En esa hora en que las ciudades están desiertas por algo, solo algún incauto o loco se pone a andar de arriba abajo, de derecha a izquierda, en una malla imaginaria, para cubrir todas las calles y plazas de la enrevesada Cidade Vella pontevedresa y los barrios cercanos, en un movimiento guiado por el instinto e iluminado por la constelación de los satélites esos de la geoposición.
Avanza la tarde y la gente de las plazuelas sigue preparando los pasos, los de la siesta comienzan a despertar y las plazas se comienzan a llenar de terrazas, todavía tímidamente para los cafés con hielo, mientras el inventario ya casi completa el centro y comienza a mapear la Illa das Esculturas y alrededores, con un sol todavía alto que sigue siendo criminal.
Ya al caer el sol, la gente de las plazuelas hace tiempo que terminó, las plazas están llenas a rebosar de ese botellón legal llamado terrazeo y ahora sirven de fondo para los pasos de la procesión de Semana Santa, turismo religioso con jolgorio de fiesta, cerveza y brillo de lentejuelas a la luz de los flashes…
Este es el resumen de un callejeo metódico desde el sol en lo alto hasta la luz de las velas (literal), buscando el arte urbano y el graffiti en Pontevedra. Me quedó la sensación de documentar las ruinas que quedaban de una época más colorida y fructífera, pero quien sabe, ya me dirán.
El inventario completo en mi flickr: http://www.flickr.com/search/?w=72764087@N00&q=pontevedra
¡Nos vemos por las ruas!
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