El mapa no es el territorio, que el mapa es el comienzo pero el territorio se hace pateándolo. Bueno, se descubre, que ya está hecho. Se descubre siguiendo el mapa hasta que te quedas sin cobertura, luego ya es de memoria, se pueden seguir mapas sin GPS ni móvil, sí, se puede. Se descubre dando varias vueltas hasta que decides por eliminación cuál es el camino correcto, después de pasar por aldeas que no estaban en el mapa original pero que acaban formando parte del territorio descubierto. Se descubre volviendo de nuevo al mismo sitio por una carretera familiar ahora y desconocida horas antes, para pillar esa luz que no calculaste bien, varias veces, sombras duras. Se descubre subiendo sin aliento toda la ladera de un valle a pleno sol de agosto a la hora de comer, sin comer, bueno, ahí no se descubre, se muere, literalmente, nunca una triste lata sardinas y una sombra de pinos fueron tan bienvenidas. Saltando portones también se avanza territorio si el portón en cuestión se interpone entre el territorio y tú, no has ido a descubrir territorio para quedarte en la puerta, allanar territorio es descubrir territorio, y además reincidente, que a la primera había sombras duras, otra vez, allanar por causa de sombras duras, a ver como lo explicas. Se descubre venciendo la desconfianza brutal del rural gallego, esperando a que el paisano te interrogue durante diez minutos desde arriba del tractor, mandando callar a la paisana que te pilló a la primera porque le debías de dar pena, estos de la capital, pobriños, no cuela, es preciso esperar hasta que el paisano al mando del tractor y de la aldea y del total del territorio en ese momento, se asegura que no eres de la Xunta, que no eres del Concello, que no vas a robarle patacas, que no vas a comprar la finca, que no eres inspector de nada, que no le quieres vender nada, que no eres todo lo que tenga en precaución, entonces y solo entonces pasa de no entender nada de lo que le estás preguntando a darte el recorrido completo en el marco de coordenadas internacional que prefieras, la tercera piedra gorda a la derecha, dos desviaciones a izquierda, coges la asfaltada hasta el regato, sigue la pista de la derecha 252 metros y ya te lo encuentras, menos mal que no tenía ni idea de por dónde caían los muros verdes. Descubrir el territorio es que te aparezca desde el túnel el tren mientras andas por las vías y dejarlo pasar, más que nada porque estás en un puente, a un metro los raíles y al otro metro el vacío, un traspiés y el territorio se va por el barranco, mejor seguir mapeando en esta vida que dejar de herencia un raw con un tren arrollándote.
El mapa es patearse el territorio y territorio es lo que está creando Doa en la Ribeira Sacra con su proyecto Reforestando. Preciosas intervenciones por la Galicia interior. En un entorno completamente mágico, las riberas del Miño y el Sil, escenarios de leyendas y de mitos ancestrales, poco a poco creciendo otra vez las plantas y los frutos por los muros fríos y grises de las construcciones humanas. Ni el feísmo ni las atrocidades urbanísticas han conseguido nunca acabar con la belleza de los bosques, los ríos y los montes gallegos, pero no será por no haberlo intentado. Gracias Doa por volver a crear el territorio donde la belleza del bosque recupera su espacio. Gracias por el mapa, sin él no hubiese encontrado el territorio.
Estas son las fotos del descubrimiento del territorio creado por las intervenciones de Doa en una tierra mágica, merece la pena darse una vuelta por la Ribeira Sacra, por algo los monjes de hace siglos se retiraban allí a vivir:
Más fotos en mi flickr: http://flic.kr/s/aHsknE4vsd
Doa: http://doaoa.wordpress.com/
Nos vemos por los bosques!
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