Lo peor de los sueños es cuando te despiertan, cuando te despiertan a golpes, que apareces de repente a la realidad, atontado, perdido y sin entender nada. Y cuando vas espabilando del todo te das cuenta que estás hasta los tobillos en el barrizal, que el paisaje tan bonito está encharcado y lleno de barro sobre tus zapatillas nuevas fabricadas en China.
Y aquella Europa tan maternal, prometedora, acogedora y demasiado bonita para ser verdad es en realidad ese bunker extraño de hormigón gris y duro, abandonado y hueco, no sabes que hay dentro, parece vacío y probablemente esté vacío, solo se ve la solidez de los muros desnudos, protegiendo un alma negra. Aquello que te habían contado, la esperanza y las promesas felices, ya están desahuciadas, junto a todo lo demás.
Y sobre el mar de barro, intentando salvarse, navegando hacia un espejismo oscuro, muriendo por el camino, chapoteando, extraños que huyen de otros barrizales, otros barrizales donde además de mancharte las zapatillas te matan y nadie va a mover un dedo por evitarlo.
El sueño de Europa ya se rompió hace tiempo, pero esto ya es como despertar a hostias a los que quedaban dormidos. Le llaman ‘crisis de los refugiados’ a no saber cómo gestionar la ayuda a las personas que huyen de una muerte segura, a no mover un dedo para detener la guerra, a mirar para otro lado cuando el mar se lleva miles de vidas a 10km de Europa, a pasarse meses negociando repartos que nadie tiene intención de cumplir. El bonito sueño ha resultado tener un amargo y asqueroso despertar.
No creo que fuese esto lo que David de la Mano tenía en mente al realizar su intervención hace meses en un depósito de un polígono abandonado a unos kilómetros de Salamanca, pero ya saben que lo que tiene el arte es que cada uno lo interpreta como le cae ese día y ese día acabé con las zapatillas nuevas metidas en un barrizal, lo que pasa es que el barro se quita, pero los muertos en el mar, esos ya no suelen volver a salir.
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En el blog de David de la Mano: El guía / Barca
Nos vemos en las calles!
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