Puertas

No lo puedo evitar, una puerta entreabierta siempre es una invitación a mirar, de reojo, discreta y fugazmente al pasar, sin pararme siquiera, pero no lo puedo evitar. Es como si una pequeña frontera se medio abriese y permitiera vislumbrar las historias que hay detrás. Pequeños retazos siempre, como imágenes movidas.

Una mesilla con una vela, una bombilla incandescente desnuda, libros viejos, cuadernos con deberes, una tele con las danzas de una película de Bollywood, la jaula del canario, una familia china cenando de sus cuencos, un anciano escribiendo en un portátil, una niña al lado navegando en otro, un camastro a oscuras, espejos, vírgenes y santos, cocinitas de gas, el retrato de los abuelos, unas estanterías llenas de libros, el mueble bar sesentero, las vigas descubiertas, un ventilador al lado de la ventana, la chica que se asoma, una taza de café, una mujer haciendo la cena, un niño gateando debajo, sillas de esparto, el piloto rojo del calentador eléctrico, un sofa con una manta trapera, máscaras africanas, calendarios en árabe, unas uñas pintándose, el viejo cogiendo al perro para sacarle, los juguetes desperdigados, la música que se oye, humo de incienso, olor a porro, picor de lejía barata, sombras en el techo de lámparas antiguas, el viejo del bajo viendo el partido, el gato que corre a esconderse, el perro que se asoma.

Escenas de las mil historias simultaneas que suceden cotidianas justo detrás de las puertas. Esas puertas que cuando se abren nos llevan a otros mundos semejantes y familiares. Portales entre universos con un mismo origen.

Las mismas puertas que cuando se cierran por el miedo solo dejan dentro aire viciado, maloliente y claustrofóbico. Las puertas son como las fronteras, que cuando se abren dejan pasar las vidas a través, cuando se cierran se convierten en una prisión de miedosos paralizados. Aunque quizá sea más apropiado el símil al revés, que las fronteras son como las puertas.

A las puertas entreabiertas les dejo que me cuenten historias, a las cerradas les hago fotos. Estas son unas pocas de un recorrido muy caótico y bastante circular entre Lavapiés a Malasaña aprovechando la hora extra de luz mientras toda la poca gente que había en Madrid parecía mucha tomando las terrazas y las calles.

Más en el flickr

Nos vemos por las calles!