Cosmogonías

Que manía tenemos de ordenar todo, que manía de dejar las ciudades en un estado que podrían pasar sin problemas por decorados de cartón piedra, barrios enteros despojados de vida, caótica y bulliciosa, para convertirse en techos de aparcamientos subterráneos y donde los antiguos hogares son casas vaciadas como cascarones de museo, eso sí, manteniendo ‘la piedra y el espíritu original’…

Que podíamos esperar si hasta nos inventamos las cosmogonías, con sus mitos y sus metáforas para echarle la culpa a los dioses de poner orden, ni siquiera asumimos que es cosa nuestra, el caso es cargarle el muerto a otro.

Me gustaba más Vigo antes, cuando era una ciudad absolutamente caótica y el casco Vello era viejo de verdad, o por lo menos me gustaba más el recuerdo que me quedó, pequeño detalle traicionero. Encontrarse una oficina de coworking en esas calles será ley de vida, pero es como marcar el punto de no retorno.

Aunque para cosmogonías mejor pararse unos instantes largos delante de los murales de Liqen y Peri, siempre llenos de detalles y sentidos, dioses, mitos y alegorías, seres extraños, estrellas y galaxias, que te reconcilian con la ciudad después del paseo por las calles de cartón piedra. Esos murales y el descubrimiento de un muro de Sam3 de cuando la ciudad era tan diferente.

Disfruten del cosmos desordenado en toda su belleza:

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Nos vemos por las ruas!