La fotógrafa Zoe Leonard documentó con una vieja cámara mecánica Rolleiflex como se transformaba su barrio en el East Village de New York durante la década del cambio de siglo y como se conectaban esos cambios con lugares remotos e insospechados. El resultado, su monumental proyecto Analogue (que lo pueden ver aquí al lado, en el Sofía), tiene demasiadas lecturas y conceptos para resumir en un par de párrafos, pero aquí van algunos entresacados del catálogo de su exposición en el MNCARS en el 2008:
Y el apego por las cosas viejas suele verse como retrógrado, nostálgico o sentimental. Pero el progreso implica siempre un intercambio: ganar una cosa para perder otras.
Me gustaba el mundo que conocí a través de mi barrio, lleno de pruebas materiales del pasado, de quien, de cuándo y de cómo. Me gustaba la mezcla de idiomas. El español ganándole terreno al hebreo y Chinatown avanzando… Y con otros tipos de idioma, una jerga urbana […] Una tienda ofrece “inmigration, divorcios, traducciones” […] Me gustaba la visibilidad que tenía todo. Me sentía ubicada en medio de una corriente migratoria perpetuada durante generaciones, en medio de la historia. […] Empecé a darme cuenta de que iba a echar de menos todo eso. Así que empecé a hacerle fotos. Quería registrarlo todo.
Es cierto que registramos nuestras culturas a través de los valiosos y deliberados medios de la literatura y el arte, pero muchos relatos e historias están conectados de manera clara por ollas y sartenes, mangos de hacha y sofás desvencijados, cuentas de cristal, antenas parabólicas y vasos de poliestireno.
Quizá cuando no tenemos control sobre que cosas perdemos y cuales ganamos la única forma de sobrevivir sea hacer miles de fotos y salir corriendo antes de que todo se hunda, documentando los vasos de poliestireno, las pintadas de las paredes o en este caso los 99 bolardos de Teje la Araña en la calle Lavapiés, todavía debe quedar alguno:
Todas las fotos en mi flickr.
Nos vemos por las calles!
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